Un detallado informe elaborado por Natalia Marín, Guido D’Angelo y Emilce Terré para la Bolsa de Comercio de Rosario, y publicado días atrás, detalla los números de las exportaciones argentinas durante el año pasado y la importante participación del agro en la generación de divisas para nuestro país.
Tras un 2022 donde se alcanzó el máximo valor nominal de exportaciones de bienes de la historia argentina, el año 2023 mostró una abrupta caída del 25% en el volumen exportado con 66.701 millones de dólares, una baja del 25% con respecto al año anterior.
Pese a la sequía y las abruptas caídas productivas con importantes pérdidas que se experimentaron durante 2023, las cadenas agroindustriales representaron más de la mitad de las exportaciones argentinas al mundo.
La participación en el total exportado fue la más baja en más de una década. De hecho, desde el 2011 que la participación de la agroindustria en las exportaciones nacionales no se observaba en estos niveles. De acercarse al 70% del total de las exportaciones en 2021, la agroindustria generó el 55% de las exportaciones argentinas en 2023, producto de la feroz sequía.
Las cadenas agroindustriales generaron exportaciones por 36.642 millones de dólares en 2023, una merma del 36% con respecto al año 2022.
Sin embargo, de los principales 12 complejos exportadores de Argentina, 9 corresponden a las cadenas agroindustriales.
Las mayores caídas nominales y absolutas del año pasado en las exportaciones nacionales se observaron en las tres principales cadenas de granos del país: soja, maíz y trigo.
A pesar de una sustancial baja de las exportaciones del complejo soja, la industria oleaginosa del país volvió a mostrarse como el primer complejo exportador argentino.
El 2023 fue el año con menores exportaciones en valor para la soja desde 2009. Si se mide en toneladas exportadas, habría que remontarse más de 20 años para encontrar un volumen exportador tan recortado por una sequía. Esto toma especial preponderancia teniendo en cuenta que hace veinte años se sembraba un 20% menos de soja.
Durante esta campaña se perdió el 23% del área sembrada. Prácticamente 1 de cada 4 hectáreas sembradas con soja no pudieron cosecharse.
Principales destinos de la agroexportación
La India es el principal comprador del aceite de soja argentino, mientras que Vietnam vuelve a ser el primer comprador de harina de soja argentina. Por su parte, China se mantiene como el principal demandante del poroto de soja. Este año, las compras de Malasia destronan a Países Bajos entre los cuatro principales socios del complejo soja.
Esto no se da por el crecimiento exportador del país del sudeste asiático, sino por el abrupto recorte exportador del biodiesel hacia la Unión Europea.
Por su parte, el complejo maíz concluye el año con el menor volumen exportado desde 2018. Con una pérdida de superficie del 22% y el peor rendimiento desde 1996, sólo la sostenida superficie sembrada con maíz tardío permitió atajar parte del desastre productivo. Los principales socios del complejo maicero, tan disímiles como los destinos de la harina de soja argentina, son países dónde se sigue consolidando la tendencia al alza del stock ganadero. Esto da buenos augurios desde la demanda camino a la recuperación productiva que se espera en la próxima campaña.
Por su parte, el complejo trigo fue el que más cayó el año pasado en exportaciones. El comercio exterior triguero se derrumbó un 70%. De esta manera, exportando el menor volumen de toneladas desde 2014, tocó un mínimo en valor desde 2015.
Leé el informe completo de la Bolsa de Comercio y enterate qué otros sectores lideran las exportaciones argentinas.
Con información de la Bolsa de Comercio de Rosario